Por: Luis A. Landa Martínez*
Entre las noticias aparecidas en estos últimos tiempos, en distintos medios de comunicación, hay un par de ellas que, en mi opinión, destacan porque de las mismas se deducen dos malos hábitos al actuar los distintos Gobiernos públicos: La Presunción y la Ingenuidad de muchos Políticos.
La 1ª noticia que quiero comentar es la siguiente: “ALCOA cerrará dos plantas en España con 700 empleados pese a recibir 1.000 millones de € en ayudas”
Apenas quiero incidir en los datos económicos que se exponen en la noticia y analizar los números desde otro punto de vista de los políticos y que quizás muchos lectores pasen por alto.
Parece que algunos Políticos de distintas administraciones: -Gobierno, Xunta y Principado- tratan de echarse la culpa unos a otros del cierre de ALCOA, sin un análisis crítico y serio de lo que supone el haber financiado estas industrias.
Veamos: En primer lugar esos 1000 millones aportados en ayudas públicas, por el Ministerio de Industria fundamentalmente repartidas en un período de 10 años, supone que la subvención media por año, ha sido de 100 millones, equivalentes a unos 142.857 €/año por cada trabajador. Esto es un disparate completo. No se puede subvencionar cada año un importe de 5 veces superior a un salario de 28.571 €/año, más que digno, equivalente a 2.040,80 €/mes x 14 pagas, por trabajador.
Y lo peor de todo es que parece que cuando se dan este tipo de subvenciones no hay unas cláusulas restrictivas que eviten que si la Empresa cambia de opinión e incumple el contrato de tiempo y de número de trabajadores o abandona la actividad y cierra la fábrica indefinidamente, se pueda ir de rositas sin devolver las subvenciones recibidas, al menos en una gran parte.
Por tanto, hay DOS FALLOS graves.
El 1º que se pueda subvencionar una cantidad tan alta por trabajador. Hubiera sido mejor dar a cada uno de ellos 28.571 €/año y se habrían ahorrado 800 millones en esta última década. No es lógico que la Administración subvencione 142.857 € al año por cada trabajador. Eso es injustificable.
El 2º es que no se hayan estipulado una serie de condiciones que impidieran echar a la calle a los trabajadores y que no se devuelvan las subvenciones.
Y esto es así porque para muchos políticos lo importante es poder decir que se han creado 700 puestos de trabajo en una Empresa gracias a su gestión. Para ellos es suficiente. Pero no vale con poder apuntarse un tanto político “aparente” si al final resulta un fiasco de magnitudes siderales.
Para evaluar la magnitud de esa subvención recibida por trabajador a la Empresa ALCOA quiero exponer los sueldos que tenían en 2017 el ex-Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (80.953 €, incluidas las dos pagas extras) y sus Ministros (71.424 €).
Quizás con estas cifras se entienda mejor lo que supone una subvención de 142.857 €/año por cada puesto de trabajo. El doble de lo que gana un Ministro del Gobierno. Enorme desproporción.
Y algo parecido ha pasado, en los últimos años, con el carbón; han sobrevivido tajos que no eran rentables ni de lejos gracias a subvenciones increíbles de miles de millones de euros a Empresas mineras como Uminsa o Endesa, cuando ya estaba programado desde la Comisión Europea el cierre de tajos y centrales térmicas de carbón. Nos ha salido muy pero que muy caro mantener unos cientos de mineros sin futuro. Habría que haber buscado otras alternativas para esos trabajadores.
Hoy día, muchas grandes Empresas, con la amenaza de su escasa o incluso nula rentabilidad exigen cada dos por tres, subvenciones para cualquier obra o mejora que hagan o para contratar algún trabajador más. Me gustaría conocer los millones recibidos en los últimos años por Fasa Renault, tanto en Valladolid como en Palencia y los que han ido a las grandes fábricas de alimentación de Palencia: Siro y Gullón. De nuestros impuestos, sale una parte nada despreciable de los sueldos de esos trabajadores.
Y es que no aprendemos de nuestras malas experiencias sobre las Grandes Empresas. Todavía no se han dado cuenta de que esas Empresas van a lo suyo que es MAXIMIZAR SUS BENEFICIOS, aunque hagan algún gesto para la galería o contraten unos cuantos descapacitados. Son sus reglas de juego y no se puede ser incautos, ó vanidosos, ó…
Otro caso: Hace no mucho -en el pasado mes de julio- Vestas presentó un ERE para despedir a los 370 empleados de su planta de León. La compañía pretendía trasladar la producción de los motores eólicos desde su factoría de Villadangos del Páramo (León), a sus fábricas de Argentina y Rusia. Antes ya habían advertido de su intención de deslocalizar tres de las cuatro líneas de producción de esa fábrica a China e India. Pero ¡¡¡no se encendieron las alarmas al momento!!!
VESTAS es una compañía eólica que llegó a León en 2005 y que contó con importantes ayudas de las distintas administraciones, superiores a más de 15 millones de Euros en los últimos años. Hace poco no les interesaba continuar y pusieron punto y final. Gobierno y Junta ofrecieron nuevas ayudas públicas para que VESTAS no cerrase la planta de León pero no han aceptado. La consejera de Economía de la Junta, Dª Pilar del Olmo, acusó a la sociedad danesa de haberse aprovechado de los programas de ayudas públicas anunciando el cierre cuando ya el Ejecutivo no tenía margen para exigir el reembolso. «Nos ha pillado de sorpresa, nos parece una deslealtad institucional», “Lo tenían todo muy bien calculado”. Pero no toda la culpa es de la Empresa. «Las multinacionales no tienen cara ni ojos», criticó en declaraciones recogidas por Europa Press. A buenas horas se dio cuenta. La Consejera tenía que haberse anticipado y crear y vigilar un sistema de cláusulas que evitasen un desmantelamiento gratis total.
Yo pienso que algunos políticos no pueden ser tan ingenuos y deberían asegurar con cláusulas eficaces la devolución de las subvenciones si no se mantienen plantillas y tiempos. Ahora no vale llorar porque un grupo con un capital tan atomizado como Vestas, dominado por fondos y bancos de inversión de todo el mundo no tenga corazón. Priman los accionistas que quieren su beneficio.
Y por si no fuera suficiente, en estos días se anuncia a bombo y platillo otra noticia que, al menos, creo que debe ponerse en cuarentena:
“Una industria de bobinas de aluminio, Asladium, se instala en Villabrázaro (Zamora) que proporcionará 100 empleos”.
Asludium y la Consejería de Economía firman un acuerdo para venta de suelo. La firma asturiana adquiere alrededor de 40.000 metros cuadrados e invertirá 60 millones de euros.
El Polígono Industrial La Marina, en Villabrázaro-San Román del Valle (Zamora), tendrá un nuevo inquilino: Asludium, una empresa del sector metal con domicilio social en Pola de Lena (Asturias), adquirirá unos 40.000 m2 repartidos en varias parcelas para construir una fábrica de laminado y bobinas de aluminio.
Los responsables de la firma y la consejera de Economía de la Junta, Pilar del Olmo, han firmando hace poco el acuerdo en la sede del Instituto Financiero de Castilla y León, en Arroyo de la Encomienda (Valladolid). En una primera fase creará cien puestos de trabajo directos, que podrían ser 300 al final de la ejecución del proyecto, según se ha podido conocer. La inversión prevista asciende a 60 millones de euros.
Muy bien pero, “cautela”. Sólo dentro de unos años se podrán contabilizar los puestos que se creen y a cuanto asciende la subvención por cada puesto de trabajo.
Asludium pretendía instalarse primeramente en Mieres (Asturias), aunque finalmente decidió trasladarse al polígono industrial de Los Avezales, en La Carrocera (León). Sin embargo, al final, desembarcará en Villabrázaro-San Román del Valle. En el mes de julio esta firma asturiana fue beneficiaria de una ayuda de la Empresa Pública Regional de capital riesgo “SODICAL” junto a otras tres empresas de la región por un importe global de 22,6 millones de euros para los 100 primeros puestos de trabajo (que es la pretensión inicial de la Empresa), aunque no he podido concretar la subvención exacta para ASLUDIUM. La empresa, de capital español, prevé crear 100 empleos destinados a jóvenes trabajadores de entre 22 y 32 años con formación en FP y exportar el 50% de la producción.
En principio una gran noticia pero .… ¿se culminarán las expectativas? Se habrán atado bien las cláusulas para que si no se cumplen retornen las ayudas a la Empresa Pública SODICAL? Habrá que seguir el desarrollo de, eso sí, “una muy buena noticia” (pero, de momento, sólo noticia, no confundir con una realidad).
* Luis Landa Martínez
Es Ingº Agrónomo