Luis Antonio Gómez Romero
Es una pena, que precisamente nuestro progreso, sea el que nos impida contemplar los verdaderos placeres de la propia naturaleza.
Recuerdo un día, que ya de noche, visité a unos clientes y amigos en un pueblecito perdido del norte de la provincia, habían terminado de ordeñar unas doscientas ovejas y después del duro día de trabajo les encuentro en el quicio de la puerta a los dos, y me dicen al verme, estamos contemplando el cielo, sin más. Realmente era profundo y negro, espectacular y esto es lo que me dijeron al terminar la dura tarea diaria, este matrimonio, aparentemente tosco, pero sensibles ante la grandiosidad de lo que estábamos viendo.
Cuando viajaba de noche, con mucha frecuencia, por esas carreteras secundarias y peores, veía unos cielos impresionantes, llenos de multitud de estrellas que tenían que destacar en esa tremenda oscuridad y no me quedaba más remedio que seguir mi camino, en ocasiones me paraba para poderlo contemplar, al menos un poco y alguna vez me introduje por algún camino para separarme de la carretera y verlo con más tranquilidad. Un día, salimos por la noche para hacer observaciones, de regreso me fui al páramo de Autilla, me metí por unos caminos, pare, saque un tumbona, y con toda la tranquilidad contemplé ese cielo oscuro, profundo y brillante por sus estrellas y pude observar la grandiosidad que tenía encima de mi, no hay nada con lo que se pueda comparar. Por esto pretendo que vosotros os paréis un poco, para que tengáis la experiencia que tuve yo.
Tener en cuenta, que este cielo físico, tiene una ventaja, no falla, siempre está ahí, ya que el otro vete tu a saber, tienes que empezar por ser bueno.
Yo comprendo, el desinterés que tenemos sobre él, debido precisamente por la contaminación general, y la lumínica en especial que nos imposibilita ver su auténtica realidad.
Por esto, os tengo que orientar para ver un cielo, “Realmente, Real” y que penetre en vosotros a través de vuestros ojos, y toda su grandiosidad impregnará vuestros sentidos. ES FASCINANTE.
Tengamos en cuenta, que la claridad para ver el cielo varía en función de los días en los que tengamos Luna o no, eso todos lo sabéis, con la Luna, se verán menos estrellas. Pero de esto, ya os iréis dando cuenta perfectamente, que lo ideal para contemplarlo son los días y horas en los que no aparezca esta.
Para empezar, lo primero que os voy a aconsejar, es que en la primera ocasión que tengáis y estéis en donde estéis, cuando miréis al cielo, verlo en toda su amplitud, poner toda vuestra atención, relajaros y tranquilizaros y lo que vais a ver, aunque sea por muy poco tiempo, sentiréis algo que os quedará dentro.
Fácilmente procuraréis volver a verlo, en un lugar algo más propicio, alejado de focos y resplandores, vosotros mismos lo conseguiréis, sin más consejo y si a pesar de ello, si lo que estáis viendo os gusta, pues no busquéis más, a contemplarlo.
Os orientaré un poco, un día sin Luna, apartaros de cualquier población, los páramos pueden ser estupendos, siempre que no tengáis en el horizonte los reflejos de Valladolid y Burgos o el nuestro. Iros a cualquier sitio, en donde este, esté limpio de reflejos, tenemos infinidad de ellos y podréis encontraros con algo como las dos fotos que incluyo “del Cielo Simplemente” y de la “Vía Láctea”, están hechas por un experto en astrofotografía de la Agrupación Astronómica Palentina, Rafael Cabeza Mayorgas. Siento que no tengan la grandiosidad inicial, pero mis manos inexpertas, se han ocupado de ello.
Y ahora viene lo más importante, Una vez localizado el lugar idóneo, poneos lo más cómodos posible, si podéis echaros en el suelo mejor, o con una tumbona, es la mejor posición para esta observación, contemplarle y os encontraréis con el espectáculo más grandioso que el mundo puede ofreceros, el UNIVERSO, ante el cual no somos nada de nada.
Estando ya en disposición de observar, entonces, relajaros, respirar suave y tranquilamente, seguiros relajando y soltar todo la tensión que tengáis acumulada en el cuerpo y contemplar este espectáculo.
Y no os preocupéis más, vuestro afán contemplativo, os irá abriendo a los mundos desconocidos que estáis viendo, con todas las incógnitas que encierra cada puntito diminuto y brillante que tenéis delante, que son mundos invisibles para nuestros ojos y poco a poco, funcionará vuestra imaginación y tendréis la curiosidad de conocer más.
Podéis ir más allá todavía, teniendo en cuenta, que esto que estáis contemplando, lo estarán viendo al mismo tiempo, millones de personas aunque no se enteren. Pero, fijaros bien, que eso mismo lo estarán viendo, al mismos tiempo, vuestros seres queridos y allegados. Esto es lo único, que a pesar de la distancia podéis disfrutarlo conjuntamente con los vuestros, siendo esta visión un lazo de unión entre vosotros.
Bueno y no digamos, si tenéis a un ser amado que os corresponda, YA ES PARA MORIRSE.
En estos casos, son más efectivas las noches con Luna,
Seguiros relajando y tranquilizando al ver lo que estáis viendo.
Y tener cuidado que el relente de la noche es traicionero, abrigaos.
Como habéis podido observar, el cielo como mejor se ve, es a simple vista, pero si tenéis la suerte de que la Vía Láctea sea visible, aumentará el encanto. Esta no se ve todos los días, pero lo podéis conocer a través de internet los días en que aparece y la visibilidad que tiene.
Pero también se pueden utilizar unos prismáticos. Tenéis que tener en cuenta que cuando miréis a través de ellos os encontraréis completamente perdidos, ya que, amplían la imagen que estáis observando y os mostrará más estrellas y detalles, pero tendréis un campo de visión menor.
Os digo, si estáis viendo una parte del cielo y lo queréis ver a través de ellos, hacerlo sin quitar la vista del lugar que estáis mirando, e interponer estos, en la trayectoria de ella, sería conveniente que os fijaseis si tenéis algún punto de referencia.
Aún así y si seguís perdidos, tenéis otra solución infalible, olvidaros de todo y seguir viendo el cielo desde esta nueva posición.
Con los prismáticos, os daréis cuenta de que el cielo es más profundo y oscuro, con más estrellas de las que veíais antes. Y cuando dejéis de observar, si queréis saber en que parte del cielo estabais, retirarles sin quitar la vista del punto de observación.
Afortunadamente Palencia tiene infinidad de lugares para hacer las observaciones, el monte es estupendo, mejor en la parte más interna, los páramos, tenéis todo el Cerrato, la carretera de León empezando por Villamartin de Campos y por el otro lado, la zona de Carrión.
Yo solo quiero orientaros, sin aparatos y sin necesidad de ver más allá, a simple vista, lo veréis todo, os comunicaréis con los vuestros, vuestra imaginación empezará a funcionar y volará por todo el espacio exterior….
Esto, nadie os lo puede dar, pues nace de vosotros mismos, que más podéis pedir.
Al plantear la ASTRONOMÍA CONTEMPLATIVA, solo pretendo, crear una inquietud, para que todos aquellos que estamos aquí abajo, sepamos lo que tenemos encima para aprovecharnos de toda su belleza, sin necesitar nada más que nuestros propios ojos y el deseo de contemplar todo lo que ven e imaginar lo que no ven.