RAÍZ Y ESPIGA
Es el título de una novela de 1962, cuyo autor es Ernesto Juan Fonfrías, un escritor puertorriqueño que impulsó el monumento que se erige en Palencia al conquistador de la Florida y Puerto Rico, Juan Ponce de León, un ilustre palentino, obra del artista Pablo Serrano. La novela tiene la siguiente dedicatoria:
“A Palencia, que cuajó la solera de muchos de los que ayudaron con su sangre a escribir esa página ilustre”.
La novela nos narra la peripecia de un palentino, de Villada, llamado Esteban del Alisal y su esposa, Carmen, también de Villada, que en el siglo XIX emigraron a Puerto Rico en busca de mejores condiciones de vida, como tantos españoles de la época. La novela nos describe a un joven resuelto, cabal y con un hondo sentido del honor y la justicia. Pero ¿por qué palentino?. Nos lo explica el autor en estos términos :
“A la isla de Puerto Rico le tocó en suerte sentir la planta colonizadora de Juan Ponce de León, nacido en Tierra de Campos, allá por el año 1460, y tenerle como su primer Gobernador y primer adelantado la la Florida»
Y continúa:
“De los pueblos de Villada y Mazariegos, de Peñafiel y Cabezuela, de Moral de la Reina, Tordehumos, Portillo, Torre de Mormojón, Abarca, Aguilar de Campóo, Amusco, Ampudia, Astudillo, Carrión de los Condes, Castromocho, Alba de Cerrato y otros más que son, en su mayor parte, de la provincia palentina, salieron los hacedores del nuevo mundo.”
Esteban del Alisal con su buen hacer llegó a ser propietario de una gran fortuna, pues adquirió, con su trabajo, una extensa hacienda dedicada al cultivo del café, en su exquisita variedad puertorriqueña conocida como Caracolillo. Nos narra la peripecia del palentino, de sus hijos, nietos y biznietos, con los que asistimos a la convulsa historia de Puerto Rico; la abolición de la esclavitud, la “gloriosa”, de 1868, con el paso del poder de la isla al gobierno de las Estados Unidos de América.
Es un relato muy bien construído, perfectamente documentado, con vivísima acción y muy emocionantes episodios de gran tensión narrativa. Hermosos pasajes descriptivos de la belleza natural de la isla con profundo lirismo. Los personajes encarnan el ideal humano del castellano fuerte, sobrio, leal y con gran sentido del honor, que triunfa gracias a su tesón y esfuerzo.
Ernesto Juan Fonfrías paso largas temporadas en Palencia y siempre que algún palentino lo visitaba en su casa puertorriqueña era extraordinariamente bien recibido. Poseedor de una riquísima biblioteca y autor de numerosas obras de investigación sobre la lengua española. Fue miembro de la Academia puertorriqueña de la lengua española, correspondiente de la Real Academia Española de la lengua. Autor de una importante obra literaria en verso y en prosa. Sus novelas son contemporáneas del famoso “boom” de la novela hispanoamericana, que triunfó en la década de los sesenta, pero nada tiene que ver con aquella corriente. “Raíz y espiga” entronca, más bien, con la novela anterior, denominada “novela de la tierra”, como el peruano Ciro Alegría o el venezolano Rómulo Gallegos   caracterizada por una búsqueda de lo que ellos llamaron la “americanidad” de su cultura consistente en afirmar, mediante la literatura, las características culturales de los diferentes países hispanoamericanos. También “Raíz y espiga” posee un importante componente histórico-hoy tan de moda-que nos aproxima a aquellos convulsos años de fin del siglo XIX que se caracterizaron por el nacimiento de nuevos países en América.
La técnica narrativa de Fonfrías es absolutamente clásica, con una estructura lineal que sigue la cronología de los acontecimientos descritos. Hay licencias poéticas en su estilo que acentúan el lirismo del autor cuando habla de las excelencias de su querida isla. La descripción de los personajes se ajusta, como queda dicho, al ideal posromántico que caracteriza a los relatos hispanoamericanos de una época anterior a la fecha en que se publica.
No hay muchos novelistas puertorriqueños, pero, sin duda, la aportación de Ernesto Juan Fonfrías a la literatura de su país es notable. Para nosotros, los palentinos, no deja de ser muy interesante conocer un poquito más la importancia que tuvieron nuestros antepasados en la forja de aquellas hermosísimas tierras. Un libro que merecería una reedición para acercarla a los lectores actuales.
CARMEN CASADO LINAREJOS