Fotografía: El País
“Berta Isla” es el título de la última novela de Javier Marías, que es uno de los novelistas actuales más prolíficos y de gran calidad literaria. En su haber hay ya trece novelas, además de artículos de crítica literaria. De formación anglosajona-estudió en Estados Unidos y en el Reino Unido-con un profundo conocimiento de la literatura en lengua inglesa, lo que se manifiesta en su obra, no solo por las citas frecuentes en sus novelas, sino también en los títulos de dos de sus obras, tomados de Shakespeare. Me refiero a “Corazón tan blanco”y “Mañana en la batalla piensa en mí”
“Berta Isla” es una larga novela en la que se evidencia la evolución de su prosa, que combina inteligentemente los elementos narrativos y los discursivos de manera equilibrada y armónica. Narrada en primera persona-Berta Isla, protagonista-como ya hiciera en “Enamoramientos”, donde también una mujer lleva el peso del relato. En “Berta Isla” la trama novelesca, en apariencia simple, está llena de juegos de doble sentido. Los personajes aparentan ser lo que no son, al modo del teatro Barroco español, y, en algún caso, no se nos desvela la auténtica personalidad de ellos. Pero eso tampoco importa, ya que el interés está en el juego de luces y sombras. El protagonista masculino encarna perfectamente ese juego de dobleces: es medio español, medio británico. Y un detalle muy significativo de su personalidad es su capacidad para fingir. Capacidad que se evidencia en su asombrosa capacidad para hablar idiomas con tal perfección que nadie detecta su verdadero origen. Todo en él es oscuro; posiblemente esa falta de claridad deriva de su origen dual español y británico, que impregna su desarrollo y le impide conocer con claridad a qué cultura realmente pertenece. Tampoco sabemos en qué consiste su trabajo, pero sospechamos que se relaciona con oscuras tramas de espionaje. Igualmente tenebroso es el origen de ese trabajo: parte de un suceso criminal, con implicaciones sexuales, que sirve para chantajearle. El misterio que envuelve al personaje es tal que ni sus amigos ni su familia más próxima conoce la naturaleza de su trabajo. Mientras tanto, Berta nos relata su extraña peripecia vital. La pareja tiene dos hijos y ella trabaja como profesora de inglés en la Universidad Complutense, de Madrid. En el desarrollo de la novela, Berta aparece como una nueva Penélope que espera incansable el retorno de su esposo, sin saber si ha enviudado o si sigue vivo. También ella se ve envuelta en un triste y raro episodio que amenaza la vida de su hijo por parte de unos extraños personajes. El episodio guarda relación con el trabajo de su esposo, sin que sepamos cómo. Con esta trama tan rocambolesca, el autor reflexiona sobre algunos de los temas que le obsesionan y que entroncan con la mejor tradición literaria española: el Barroco. El desengaño, el juego entre el ser y el parecer y, de modo especialmente central, el carácter destructor del tiempo. En esta novela nada es lo que parece.
 
El autor despliega un estilo narrativo absolutamente inconfundible: gran dominio léxico, enorme riqueza expresiva, de gran claridad y perfección y una sintaxis elegante. A veces luminosa, otras más enrevesada que hace su lectura extraordinariamente atractiva y envolvente. La narración combina sabiamente la introspección psicológica y la reflexión sobre los acontecimientos sobrevenidos. Mantiene la tensión narrativa con viveza. La gran cultura del autor y su conocimiento de la literatura española y británica conforman un excelente relato cuya lectura es muy recomendable en estas largas noches invernales.
Comentario de Carmen Casado Linarejos, Catedrática de Lengua y Literatura y Ateneísta